Muchos viajeros sueñan con visitar un destino de moda, y estos siete lugares son de lo más exclusivo. Sólo se pueden visitar dos veces al día, ¡como mucho! Esto se debe a que su accesibilidad depende de las mareas.
La mayoría están conectadas a tierra firme por una carretera, una calzada o un sendero que sólo es transitable durante la marea baja, mientras que otras requieren el uso de transbordadores, puentes colgantes o incluso tractores marinos.
Sin embargo, todos tienen en común una advertencia y una promesa a los visitantes. Le espera una experiencia increíble, y más vale que preste atención a las horas de salida para no sentir el poder del mar.
1. Mont-Saint-Michel, Francia
Situado frente a la costa de Normandía, el Mont-Saint-Michel es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Residentes durante 29 años, acogen a los tres millones de personas que se calcula que lo visitan cada año, muchas de ellas deseosas de conocer la abadía de la isla, sus encantadoras calles y sus afamados restaurantes.
Los visitantes pueden llegar al Mont-Saint-Michel por su cuenta, utilizando una combinación de trenes y algunos autobuses de corta distancia. Las excursiones guiadas en autocar desde París son una opción fácil y popular, pero los viajeros deben prepararse para una larga jornada.
Pasarás unas 5 horas en el autobús (ida y vuelta) y sólo dispondrás de unas 2 horas en el propio lugar. Para una mayor flexibilidad, explora por tu cuenta y considera la posibilidad de pasar la noche en una de las numerosas posadas del Monte para disfrutar de una experiencia tranquila y acogedora.
2. Paso del Gois, Francia
No es muy frecuente que un banco de arena sea más emocionante que la isla a la que está unido, pero ése es exactamente el caso del Passage du Gois. Este banco de arena pavimentado funciona como una calzada de 3,2 km que conecta Beauvoir-sur-Mer y la isla de Noirmoutier.
A los aficionados al deporte les encantará, porque la calzada ha formado parte del Tour de Francia en dos ocasiones y alberga una carrera pedestre anual, las Foulées du Gois. La carrera comienza cuando el agua empieza a cubrir la calzada.
Los viajeros que visiten la zona pueden estar tranquilos, ya que su visita no dependerá de las mareas. El puente de Noirmoutier sirve de enlace permanente con tierra firme, así que nunca se quedará tirado. En una excursión de 90 minutos podrá conocer mejor la isla y la singular situación del Passage du Gois.
3. Monte de San Miguel, Inglaterra
Hogar de una capilla, restos de fortificaciones de la II Guerra Mundial y ejemplos únicos de la geografía de Cornualles, St Michael’s Mount también alberga un tremendo folclore. Aquí es donde se originó la leyenda de Jack el Asesino de Gigantes y su enemigo, el gigante de 4 metros Cormoran, que vivía en una cueva de San Miguel en el siglo VI.
Aunque todo el mundo está invitado a disfrutar de este bonito y memorable paseo, hay que planificarlo con antelación. Se necesita un billete para asegurarse el tiempo de caminata. Los billetes sólo están disponibles cuando la marea está baja, lo que evita tener que adivinar cuándo se puede cruzar en un día concreto.
Y del 1 de abril al 31 de octubre, también se ofrece un servicio de barco como alternativa a la caminata, lo que da a los visitantes la máxima flexibilidad.
4. La Isla, Inglaterra
Si alguna vez has soñado con tener su propia isla, puedes hacerte una pequeña idea de la experiencia reservando la casa de campo de alquiler «The Island». Situada junto a Newquay, en Cornualles, esta pequeña isla y su casa homónima están separadas de tierra firme por las mareas, pero se ha puesto en marcha una solución que dura 24 horas. Se puede cruzar a través de un pequeño puente colgante.
La casa de alquiler se completa con magníficas vistas, un pequeño bar y la opción de izar una bandera pirata, pero si sólo quiere echar un vistazo, espera a que baje la marea y pasea por la arena para examinar las cosas desde el nivel del suelo.
5. Lindisfarne, Inglaterra
También conocida como la Isla Santa, Lindisfarne es el hogar de 160 residentes que acogen a unos 650.000 visitantes cada año. En Lindisfarne se estableció un priorato tras la conquista normanda de Inglaterra, al que siguió un castillo en 1550.
Los visitantes pueden recorrer los restos de ambos y disfrutar de reservas naturales, playas y los encantos de varios pubs.
La isla dispone de un completo sitio web con información sobre tiempos de paso, condiciones, protocolos de seguridad y otros servicios locales. En particular, señalan que, aunque un coche puede cruzar normalmente la calzada en 15 minutos, puede tardar hasta una hora en temporada alta de turismo.
Normalmente, caminantes, ciclistas y conductores comparten esta ruta, pero para quienes realizan una visita espiritual a Lindisfarne, hay otra opción. El «Camino de los Peregrinos» es una opción para hacer la travesía a pie, por el lecho marino expuesto. Puede ser una experiencia memorable, pero existen serios protocolos de seguridad. Se recomienda a quienes se lo planteen que contraten a un guía local por su propio bienestar.
6. Eilean Tioram, Escocia
Eilean Tioram alberga los fantasmales restos del Castillo de Tioram, y los muros de piedra que se ven datan del siglo XII. Sin embargo, no ha estado habitado desde hace cientos de años y, en la actualidad, no se permite a los visitantes explorar el interior de las ruinas debido a la preocupación que suscita su estabilidad. Son impresionantes incluso vistas desde fuera.
Sólo se puede acceder a la isla a pie durante la marea baja. Aquí no hay puentes ni tractores marinos. Sin embargo, en esta remota zona de Escocia hay numerosas excursiones de naturaleza y vida salvaje, y algunas pueden incluir la opción de visitar Eilean Tioram para quienes deseen disfrutar de una experiencia guiada.
7. Faro de East Quoddy, Canadá
Construido en el 1829, el East Quoddy Light es el segundo faro más antiguo de Nuevo Brunswick, Canadá. Aunque sigue en funcionamiento, el faro está automatizado y ya no tiene farero. Sin embargo, hay intérpretes estacionales que explican la historia de la estructura y de la isla.
Llegar al faro de East Quoddy Light es toda una aventura mucho antes de cruzar el fondo marino con la marea baja. Primero hay que tomar un ferry desde Nueva Brunswick continental hasta Deer Island. Luego hay que cruzar Deer Island y tomar otro ferry hasta Campobello Island, antes de esperar a que baje la marea y las condiciones de cruce sean seguras. Visitantes estadounidenses, tomen nota.
Aunque se encuentre a poca distancia de Maine, seguirás necesitando tu pasaporte al estar en islas canadienses.
Yuniet Blanco Salas