¿Qué pueden esperar los conductores de Porsche del interior del futuro? El prototipo Renndienst es un atisbo de lo que habrá pasado mañana.
Para dar forma al futuro, los diseñadores transgreden fronteras, toman lo mejor de la tradición y de los orígenes: la esencia de la marca, los valores que han hecho exitosa a la empresa, y a la vez se atreven a añadir elementos nuevos. Para ello, estudian a las personas en general y sus costumbres; en particular, a los conductores de automóviles Porsche.
«Antes, al emprender la marcha introducíamos nuestro destino en el sistema de navegación. Hoy, preparamos la ruta desde nuestro smartphone sentados en el sofá y luego la enviamos al vehículo». Para Ivo van Hulten, Director de Diseño de Experiencia de Usuario (UX), hace tiempo que todas las posibilidades de la tecnología están asumidas.
En el Centro de Desarrollo de Weissach, la denominación UX engloba todas aquellas experiencias que es posible tener en y con un Porsche. Se trata del deseo de confort, flexibilidad y actualidad condensados en una marca.
Junto con el Director de Diseño, Michael Mauer, y el Director de Diseño de Interiores, Markus Auerbach, Van Hulten experimenta cada día con lo que, en unos años, deberá satisfacer esas expectativas.
Los diseñadores mantienen frescas sus ideas gracias al método conocido como First Principle Thinking (pensamiento de principios iniciales).
Aplicándolo, rompen con las analogías conocidas y descomponen las hipótesis a un mínimo. No se concentran en formas ya utilizadas, sino en funciones que podrían ser de interés en un futuro. Se preguntan lo que un Porsche podría ser… y lo que no. Este proceso responde a preguntas que nadie ha formulado antes.
En el libro Porsche Unseen, el fabricante de deportivos ha publicado recientemente 15 prototipos de diseño que hasta ahora eran secretos. Entre ellos el «Renndienst».
Se trata de un monovolumen para hasta seis pasajeros, cuyo nombre hace referencia al Volkswagen Transporter Renndienst, que antiguamente hacía de vehículo de servicio al equipo de competición de la marca. Por fuera es futurista y sin aristas; por dentro, una cabina de viaje modular.
El interior del futuro
«Hemos pensado cómo conseguir el inconfundible aire de Porsche en un habitáculo muy alejado del clásico interior de un deportivo. Y cómo diseñar la conducción autónoma», explica Mauer.
Este segundo aspecto merece ser tratado. Después de todo, los coches deportivos son un símbolo de libertad de elección. «No es que demos por sentado que nuestros clientes quieran renunciar al volante», dice Mauer. Pero para poder pensar libremente en el futuro, se deben traspasar fronteras. De ahí surgió la idea de situar al conductor del «Renndienst» en posición central.
«Si quiero conducir, tengo más sensación de estar en un puesto de mando que en cualquier otro automóvil. Si no, el asiento del conductor se puede girar 180 grados y orientarse de cara a los otros pasajeros. Esta idea básica la hemos estado desarrollando durante aproximadamente un año», explica el Director de Diseño.
La experiencia global concebida por el Departamento UX se centra en el estilo de vida digital y en la relación entre conductor, pasajeros y vehículo. «Con el Taycan hemos mostrado hasta qué punto somos capaces de pensar hacia delante», afirma Van Hulten, de 43 años. «Ahora trabajamos en lo que puede ser la siguiente innovación integral. Para ello, hemos pensado y trabajado desde dentro hacia afuera».
El diseño de las ventanillas laterales es asimétrico. «Un lado está cerrado y los pasajeros pueden recogerse en él», explica Auerbach, Director de Diseño de Interiores. «El otro está provisto de un gran panel de vidrio que permite mirar hacia el exterior. Cuando cerramos las puertas, el habitáculo da la sensación de ser una cápsula protectora».
Esta sensación de protección y confort domina el interior modular. Los pasajeros de la primera fila se sientan a derecha e izquierda en asientos envolventes ergonómicos. Disfrutan de una vista sin obstáculos hacia delante y hacia sus propias pantallas situadas en el salpicadero.
Los reposacabezas de la banqueta trasera son flotantes, con lo que permiten mirar libremente por la luneta posterior. El lujo de este espacio convertible es posible gracias a una tecnología de propulsión eléctrica oculta en la parte inferior.
El factor de éxito de UX
Ivo van Hulten trabaja mirando a la clientela del futuro: la generación smartphone. «Antes, el hambre por lo nuevo se saciaba con la compra del producto. Hoy, a muchos jóvenes ya no solo les fascina la estética de un producto, sino las posibilidades que ofrece».
El aspecto del interior depende por tanto de muchos factores aparte de las formas y los materiales. «Hay que hacerse las siguientes preguntas: ¿es el interior lo bastante modular para adaptarse a nuevas circunstancias de vida unos años después de la compra?, ¿puedo hacer actualizaciones a distancia y a cualquier hora?».
Van Hulten confía en encontrar respuestas en forma de una estética nueva: «En el Departamento UX nos inspiramos en la impresionante historia de la marca y nos atrevemos a mirar hacia el futuro lejano».
Su colega Markus Auerbach añade: «Un viaje digital puede abrirnos la puerta a un universo, pero nunca sustituir la experiencia física. Un automóvil es un espacio que se desplaza, tanto si yo mismo lo conduzco como si no. Los asientos de este monovolumen han sido concebidos para el movimiento; sostienen el cuerpo y le sirven de apoyo».
Señala a los asientos deportivos de la segunda fila, que recuerda a un salón. «Gracias a sus lados curvos, la banqueta permite sentarse en otro ángulo; podemos orientarnos unos hacia los otros. Es una zona muy apta para la comunicación, que favorece la relajación y ofrece posiciones de asiento alternativas para hablar, trabajar y distenderse».
Para este profesional de 57 años, los materiales del futuro son, entre otros, materias primas renovables como la madera, reinterpretadas y combinadas con metales o plásticos sostenibles. Si en el pasado la madera fue desterrada de los vehículos, pronto podría llegar su regreso.
Además, Auerbach apuesta por los denominados materiales inteligentes, que ofrecen capacidades especiales, como reaccionar a factores externos e iluminarse por sí solos sin recibir luz directa, o por materiales que cambian repetidamente de forma y se adaptan perfectamente a las necesidades ergonómicas de los ocupantes.
Sensación de espacio con alma
Las visiones en las que colaboran los departamentos especializados de Weissach son complejas porque determinan espacios en los que se sientan personas. «Visto desde fuera, un Porsche es una escultura, una obra de arte.
El habitáculo añade otra dimensión. Los automóviles cuyo interior no tiene fuerza, sobreviven poco tiempo porque no es posible establecer un vínculo emocional con ellos», resume Auerbach. Para este diseñador de interiores, está claro que en el futuro seguirá habiendo interruptores y botones:
«El equilibrio entre paneles de control analógicos y digitales está cambiando. Aun así, en la cabina del vehículo los botones táctiles son perfectos porque no hace falta apartar la vista de la calzada. Sin embargo, eso puede cambiar si un día necesito hacer muchas menos cosas como conductor. En todo caso no debemos solucionarlo todo mediante el componente visual, ya que nos faltaría espacio».
Van Hulten quiere que el siguiente paso sea dotar de alma al «Renndienst». Se acuerda de la serie de televisión estadounidense El coche fantástico, que le gustaba ver de niño. «K.I.T.T., el coche que hablaba, me fascinaba. La potente pareja que formaban el actor principal y el vehículo me cautivaba. Establecí un vínculo con el coche porque tenía alma».
En referencia al prototipo, se pregunta: «¿Qué uso diario prevemos? ¿Dentro de 30 años, llamaremos a nuestro coche para que venga a recogernos?». Por el momento, el equipo de diseño regresa de esta gran visión de futuro para dar respuesta a las preguntas sobre el mañana. Y lo hacen con lo mejor del ADN de la marca: el alma.